%201%20(1).png)
Al mundo entero,
Nosotros, el Centro de Acción Comunitaria y Justicia Ambiental, emitimos esta declaración con un sentido de urgencia y profunda preocupación por la violencia y el sufrimiento continuos en Gaza. Pedimos un alto el fuego inmediato para poner fin a los crÃmenes de guerra, el genocidio y la limpieza étnica que se están perpetrando contra el pueblo palestino. Este aislamiento ha asolado sus vidas durante décadas, pero la reciente y devastadora pérdida de más de 10.000 vidas, en su mayorÃa niños inocentes, ha alcanzado proporciones inimaginables. Hay miles de heridos, millones de desplazados e incontables testigos de este dolor y esta injusticia.
Denunciamos firmemente la censura de la única representante palestina, Rashida Tlaib, por parte de representantes del congreso. Pedir un alto el fuego no deberÃa ser controvertido, e imploramos al Presidente Biden, como Comandante en Jefe de esta nación, que utilice su poder para desescalar la situación y trabajar por la paz. Es descorazonador ser testigo de cómo se niega ayuda y apoyo a vidas inocentes en favor de contribuir a su destrucción.
La mayorÃa de la población de Estados Unidos exige un alto el fuego y se niega a que el dinero de nuestros impuestos se utilice para perpetuar la matanza de niños y personas inocentes en Gaza y otras regiones afectadas. Aunque denunciamos las acciones de Hamás, la violencia y el bombardeo de comunidades nunca serán la solución. Como seres humanos, tenemos la responsabilidad de proteger a los más vulnerables, pero seguimos fracasando en este sentido. Ya basta: exigimos un alto el fuego inmediato, no una inútil pausa humanitaria que no hace sino agravar el sufrimiento de quienes ya están privados de necesidades básicas como alimentos, agua, albergue y medicamentos.
Estamos siendo testigos de un genocidio en Gaza y nos negamos a permanecer en silencio. Pedimos que se ponga fin a las atrocidades a las que está contribuyendo nuestro paÃs y exigimos una acción inmediata para proteger a los niños palestinos. El racismo y la injusticia ambiental que se están produciendo en Gaza agravan aún más los desplazamientos y niegan a las personas el derecho a respirar aire limpio y beber agua limpia, derechos humanos básicos que nunca deberÃan verse comprometidos.
En palabras de la representante Rashida Tlaib: "Los gritos de los niños palestinos e israelÃes no me suenan diferentes. Lo que no entiendo es por qué los gritos de los palestinos les suenan diferentes a todos ustedes. No podemos perder nuestra humanidad compartida. Escucho las voces de los defensores de la paz en Israel y Palestina en todo Estados Unidos y en todo el mundo". Les instamos a que escuchen los gritos del mundo y pongan fin a este sufrimiento.
El momento de actuar es ahora.
Ana González, Directora Ejecutiva de CCAEJ